miércoles, 19 de enero de 2011

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Fue un sueño donde los horarios estaban bizarramente acómodados. Donde nunca le vi la cara a mi supuesto novio, donde no me atreví a preguntarle siquiera el nombre al hijo de los conocidos, donde no logré y creo que nunca lograré ubicar a los conocidos, donde pude sentir miedo y desagrado por lo que rodeaba al hotel, fue un sueño que nunca comprenderé.

El mejor sueño de mi vida

He tenido, hasta hoy, el que considero el mejor sueño de mi vida.

Soñé que por alguna extraña razón estaba en un hotel cerca de donde vivo, en una playa, donde había ido para estudiar alguna situación, tenía un novio y el trabajaba en ese hotel.
El hotel era un tanto extraño, era muy lujoso pero tenía una especie de discoteca donde estaban personas que yo conosco, que habían estudiado conmigo, pero que al pasar frente a ellos era invisible. Ellos no eran los mismos, pues estaban alcoholizados, drogados, las que un día consideré amigas vueltas unas cualquiera. No iban de acuerdo  al lujo del hotel, era un contraste muy extraño.
En el sueño no recuerdo cuantos días llevaba alojada ahí, sólo comienzo a tener noción cuando una tarde al llegar al cuarto no veo a mi novio, bajo a preguntar por él y nadie lo había visto. Comencé a preocuparme, pero de pronto mi preocupación se ve interrumpida por una necesidad de salir huir, volteé y  vi que aquella necesidad era compartida por todos los huéspedes, quienes huían despavoridamente del hotel, incluso el dueño, alguien que en mi estancia nunca había visto, pero que reconocí de inmediato como el propietario. Caminaba junto a él, sola, sin más que mi mochila que ejercía función de maleta, me sentía sola entre ese mar de gente, mi reacción fue presentarme y pedirle ayuda. Le dije mi primer nombre y mi primer apellido, él realizó lo mismo. Tuvimos una pequeña plática mientras caminabamos hacía la salida, yo le preguntaba el motivo por el cual desalojabamos y él me respondía que era por cuestiones de la naturaleza, ella estaba destruyendo al hotel, imaginé que sus sales atacaban la estructura, él continuó diciéndome que ya no había nada más que hacer, pues pronto sería una perdida total y justamente cuando iba a pedirle ayuda para regresar a la ciudad, una pareja me ofreció su ayuda, no era una pareja joven, pero tampoco un par de ancianos, estaban entre los 40 - 50 años, maduros, acepté inmediatamente porque en el sueño yo conocía a la pareja, eran amigos de mi familia, en la vida real nunca los he visto. Caminé junto a ellos hacia la salida, llegamos al estacionamiento, nos subimos a la camioneta y al subir deslumbré que tenían un hijo. Calculé que tenía una edad similar a la mía. Emprendimos el viaje de regreso...

Durante el trayecto  nada parecía conocido, eran paisajes que podían ser semejantes a los de región, pero no eran correctos, no al menos en ese orden. También vislumbré que el hotel donde me hospedé no estaba tan lejos, sino  a aproximadamente dos horas de la ciudad. En ese tiempo yo venía en la parte de atrás, sentada junto al hijo, al cual sólo le vi el rostro un par de ocasiones, veníamos hablando de cosas sin importancia mientras yo al parecer enviaba un mensaje, no sé porque, pero al estar hablando con él, la desesperación se esfumó, ni siquiera recordaba que estaba regresando sin mi novio, con él todo era diferente, tal vez fue el tan llamado amor a primera vista, continuamos platicando cuando de momento fuimos interrumpidos por sus padres, la pareja de conocidos que me habían ofrecido su ayuda, me habían aceptado a almorzar, acepté, aunque realmente lo que deseaba era llegar a la ciudad y ahí tomar un taxi para estar, por fin, en casa. Si más no recuerdo, habían mencionado pizza ¿delicioso no?. El trayecto estaba a punto de culminar y fue ahí donde sentí la necesidad de pedirle su correo electrónico al que al parecer me flechó sin embargo no me atreví. Llegamos y fue ahí donde finalmente vi un lugar que logré ubicar, era la esquina de los semáforos de la Avenida Insurgentes una cuadra después de la Avenida Nicolás Bravo. Ahí fue donde se estacionaron, acto seguido iba a poner un pie en el suelo y desperté.

martes, 11 de enero de 2011

Propósito

Como propósito de año nuevo tengo:

¡NO DESAPARECER TANTO DE AQUÍ!