sábado, 31 de julio de 2010

Recuento de los daños.

La semana ha pasado tan lenta, la expectativa ha invadido a toda la familia pero al parecer todo se está volviendo a ser normal.
Sin embargo con todo este revuelo, mi casa, la casa, obtuvo dos nuevos inquilinos, mis primitos preferidos, únicos, más apegados a esta familia. Quienes han estado aquí con nosotros por casi una semanas. Pobres de ellos, soportar a tres adolescentes, trabadas en la Internet, comiendo lo que haya en su casa, sin imaginación infantil apta para juegos, sin humor... Tuvimos que modificar un poco nuestras conductas. Pasaron los dos primeros días y todo bien, pero al tercero...

Sí, los invadió la nostalgia y las lágrimas brotaron.

Las lágrimas afloraron mi sentido maternal y les prometí llevarlos al parque, así fue.

He me ayer por la tarde en el Parque de la Amistad, rodeada de infantes con energía en demasía ¿Qué si sufrí? Sí y mucho. Pero aquello no era lo más espeluznante, lo más espantoso fue que me dijeran "quiero ir al trampolín" aquello obligaba una visita a la explanada. No podía negarme, era preferible eso que sentirme invadida por niños en todos-todos los lados.

*Un taxi después*

Llegamos, mis primitos se subieron a unos carritos rentados, casi muero atropellada, se bajaron, nos subimos, mi hermanita, ellos y yo, al BuleBuz.

*Veinte minutos de recorrido Bulevalesco Chetumaleño después*

Nos bajamos, ellos se subieron al motivo por el cual habíamos ido hasta ahí, es decir el trampolín, se bajaron y fuimos por una papas a la francesa es que la neta, si vas al bule y no te comes unas papas a la francesa (en verdad son a la francesa? tendré que irme a Francia) de ahí, emprendimos nuestro viaje de regreso a casa.

Urge que llegue la mamá de mis primitos, urge, también, que lleguen noticias buenas. Demasiado.

martes, 27 de julio de 2010

Máscaras.

No me gusta cuando por más que intento que las cosas no me afecten, esto no da resultado. Tampoco me gusta que cuanto más intento por ignorar mi atmósfera no pueda pero mucho menos me gusta que ella me descubra.
Ella es una de las pocas personas que logra identificar cuando algo me sucede, sin siquiera haber mencionado algo.
Pues... qué bien y qué mal.
Bien porque logra saberlo, algo que casi nadie puede hacer.
Mal porque mi máscara protectora está fallando.

domingo, 25 de julio de 2010

Ya ni cuando estaba en la escuela descuidaba tanto mis espacios en la Internet.

En verdad.

De repente me ha invadido un sentimiento de aquél que últimamente es inexistente. Es un sentimiento que me obliga a contar todo lo que he hecho. 

Mi última entrada fue el Martes, así que comenzaré.

Miércoles: Desperté, me bañé, me puse decente para la sociedá y me fui con mis padres. Pasaron las horas, llegó la hora de los ejecutivos B, llegué a mi casa, no comí porque la comida que hicieron era fea y me perdí.

Jueves: Desperté, me bañé, me puse decente para la sociedá y me fui con mis padres. Pasaron las horas, llegó la hora de los ejecutivos B, llegué a mi casa, no comí porque la comida que hicieron no me gustaba. Encendí la computadora, ya ansiaba despilfarrar valioso tiempo. El jueves fue el día en que todos "recuerdan a Mónica". Me habla mi ahora no-mejor-amiga para saber como estoy, já, cuando me pasé a morir ella si se interesó, pero como soy tan Mónica le contesté. Platiqué con ella, preguntándole sin esperar respuestas, pues saber era lo que menos quería.
Por si no fuera suficiente, mi ahora no-mejor-amigo también me habló, como soy tan Mónica le contesté. Sin embargo no fue lo que esperaba. Él me dijo cosas sobre nuestra amistad y yo también, no terminamos peleados, por el simple hecho de enterarme que se va. Después me enteré el motivo por el cual me habló, quería que saliéramos en plan de despedida. Hazmeelfavor. Mi orgullo de amiga olvidada pudo más.
No salimos.
Insistió en ir a mi casa, pero lo silencié con un "no estaré".

Viernes: Desperté, me bañé, me puse decente para la sociedá y me fui con mis padres. Pasaron las horas, llegó la hora de los ejecutivos B, llegué a mi casa,  comí, me dió un hipo que no se me quitaba, me bañé y me fui con mis padres otra vez. Esta vez no me perdí.

Sábado: Desperté, me bañé, me puse decente para la sociedá y me fui con mis padres. Pasaron las horas, llegó la hora de los ejecutivos B, durante aquella hora fui a la tan temida y un tanto odiada escuela de manejo, me inscribiría para ingresar al mundo motorizado, llegamos una señorita que seguramente no tiene más que la secundaria nos brindó información, no fue tan satisfactoria, pero bueno, no había otra escuela respetable; llegué a mi casa, comí, me perdí.

Domingo: Para variar, no fuí a trabajar, tenía planeado ir a un tianguis con mi primito, ¡Por fin conocería el  mundo de los tianguis de cosas usadas! ¡Cosas de cinco y diez pesos! He de decir que la gran mayoría de las cosas que habían eran que no tenían porque estar ahí. Una batería de celular, ropa interior, u-s-a-d-a. Me sorprendí, pues en mi feo mundo donde compro objetos costosos aquello era basura, estar en aquél sitio me llevo a formularme la pregunta: ¿En serio compraban esas cosas?  ... Una señora respondió a mi pregunta cuando compró un horroroso brassier rosa.

Con esta experiencia, me he dado cuenta que tiro a  la basura mucho dinero, literalmente, me he deshecho de prendas, zapatos, accesorios, casi nuevos las cuales pude haber vendido.

¡Mi basura realmente no era basura!

martes, 20 de julio de 2010

Así es el karma cibernético.

"Tú en ebuddy qué raro", "¿Qué haces en ebuddy?", "¿Te sientes bien? ¿Estás en tu celular?", "¿ebuddy?, Se caerá el cielo" (inserte comentarios de aquella índole).

     Pues así es gente, aunque no lo crean yo ESTOY en ebuddy. He de decir que sino hubiera sido por el karma cibernético al que estoy sometida en estos momentos nunca habría caído a los brazos de tal página; antes solía pensar "teniendo el messenger live, ¿qué hacen en tan fea página? yo nunca la utilizaré"  Y como dice mi áma "cae más rápido un hablador que un cojo".
     Sucede que la tecnología computacional, es decir la lap-top, fue atacada por un virus con la fuerza de Superman y la astucia del Guason; es tal la combinación que el anti-virus aún no logra eliminarlo, mientras tanto el sistema de comunicación a distancia, coloquialmente llamado messenger windows live plus está en fase terminal.
     Todo se lo adjudico a la última perdida de tiempo que leí, una cadena que hablaba -si mas recuerdo- del amor, de la capacidad de él, bla, bla, bla... a la cual como protectora del tan mencionado spam dí supr.

Moraleja: No revices tu bandeja de entrada.

No tengo.

No tengo cámara
No tengo libros nuevos que leer
No tengo a los mejores amigos
No tengo baterías
No tengo gel antibacterial
No tengo el cabello que deseo
No tengo ganas de salir del cuarto
No tengo la sonrisa de todos los días.

¿Deseo o necesidad? No sé como llamarle.


¡Quiero viajar!

viernes, 16 de julio de 2010

Inserte un título.

He estado reflexionando mucho sobre lo que he hecho este año, tal vez sea un poco más, tal vez un poco menos.

Es muy curioso mis momentos de reflexión los suelo hacer cuando acudo, a mi cita diaria, con el señor de los sueños... él tarda mucho en llegar. Al principio me disgustaba que no fuera puntual, pero conforme pasó el tiempo me terminó por agradar. Y fue así como comencé a utilizar esos segundos, esos minutos y en algunas ocasiones horas.

Volviendo al punto, este año cambié mucho, desde mi manera de vestir, actuar... en algunos aspectos me volví más simple, muy común. Dejé mis amadas volátiles faldas para enfundarme en unos horrendos pantalones de mezclilla. Mis acciones son muy impredecibles, puedo desaparecer estando a la vista de todos, o aparecer en el momento menos indicado.
Muchas de las cosas que antes me distinguían aun las conservo, mi esencia sigue siendo la misma. Aun soy fríamente realista, aquella que te dice todo lo que piensa aunque duela. Soy la misma niña que disfruta de los lugares solitarios, de la música extraña, la misma con niña con ideas radicales, la extremista, la sarcástica, aquella todavía cultivar una amistad no puede...

Es sorprendente como en un año mis "mejores amigos" se volvieron inexistentes, preparada estaba, sabía que tarde o temprano sucedería (por alguna razón yo no me entristezco, se lo atribuyo a mi ya programada frialdad, algo que agradezco) Así fue como sola me quedé.

He de decir que el ingreso a una nueva escuela me agradó en demasía, fue una oportunidad para alejarme de mis ahora ex-compañeros, no es porque los odie, sino que simplemente hay momentos en que me hastía ver, estar, convivir con las mismas personas, no se confundan, tampoco quiero dar a entendenter que me gusta conocer personas, lo detesto, sino que me agrada alejarme.

Y bueno siempre me ha gustado estar aprendiendo, estando en un nuevo nivel escolar, decidí que tenía que ingresar cursos de inglés, de nuevo. En el día iba a tres escuelas en total. ¿Cansada? no, satisfecha y feliz. Sí, me hacía feliz estar ocupada, estar aprendiendo, tener ocupada la mente.

Entre tantas cosas no vi en que momento comencé a alejarme de las personas, no palpaba lo que adquiría, no lograba darme cuenta que algo se me salía de las manos.

En lo escolar no tuve problema alguno, no es por alardear pero siempre he sido más que buena. En mis clases de inglés tampoco tuve problemas. En mis clases de música... Al final del curso musical me sentí tan mierda por no haberme presentado, no podía entender que me había sucedido, si hace un año yo era lo más próximo a una niña prodigio. Confieso que el jueves que recibí la noticia de mi no presentación, lloré, lloré como hace meses no hacía, nadie conocido me vio, sólo aquella señora taxista...

 En fin, invertí tanto de mi, obtuve muy poco.

Ahora lo comprendo todo, mi maestro de instrumento es un pendejo y ni que decir de los idiotas de mis "mejores amigos".

martes, 13 de julio de 2010

La entrada que explica todo.

Como soy una novata, no sé donde moverle a blogger para modificar la hora de mis entradas. Sucede que mientras el reloj marca una hora, en tiempo real son dos horas más. Es decir, que si una entrada muestra que fue publicada a las 20:00 horas en realidad fue publicada dos horas después, en este caso sería: 22:00 horas

Paciencia, por favor, estoy arreglando los problemas.

Por la comprensión, gracias.

Loca por las compras.

Ayer sucedió más de una historia sólo conté una, aquí está la segunda:

Después de haber trabajado dos semanas, el pasado sábado obtuve mi nada desagradable sueldo, fueron  novecientos pesos. Antes de tenerlo ya había realizado planes para el.  Planeé comprarme unos tenis porque con eso de que ando de aquí para haya mis zapatos están hechos residuo intestinal, planeé comprarme un par de medias negras (es importante mencionar el color, siempre hay que ser especifica), unos audifonos también, puesto que los originales de mi reproductor están en la recta final, eso y unas cuantas cosas más, nada fuera del otro mundo (o al menos eso digo).

Por la mañana de ayer, me fui, como todos los días, un poco antes de las 8:00 am a mi trabajo, por lo regular no pasan cosas relevantes ahí, porque los señores están apresurados para que les cobre, ya saben ahora el tiempo es oro...

 Acontinuación haré un paréntesis.

Hace unos días un señor me dijo:

- Qué bonita biblia, haber cuando me consigue una.

Con cara de niña un tanto ofendida, lo miré y articulando un falso tono amable, le respondí
- No es una biblia.

Es muy gracioso, por estar sentada, sumergida en la lectura de un libro, de más de 800 páginas me miran extraño, otros se asombran y me dicen:

- Que bien que le guste leer, es muy raro encontrar a una muchacha de su edad que le guste leer.

En fin, seguiré escribiendo lo que nos ocupa, una vez pasada la "la hora de las diligencias", nos tocó "la hora de la comida" (aquí es la parte donde entra la historia de las zanahorias, busques en la entrada anterior), me quedé en casa, porque me urgía despilfarrar mi sueldito.

Al rededor de las seis de la tarde, tal vez siete, salimos, mis dos hermanas, mi primito (el mismo que me acompañó  en la anterior historia) y yo, armados con nuestros pocos "dineros", llegamos a la porquería de plaza que tenemos en la ciudad y ahí comenzó la historia.

Como primera parada, tuvimos a Mcdonalds, después a babú y nos sentamos a disfrutar de nuestras bebidas.  Después de pasados unos minutos, vimos que podíamos comprarnos una pizza, teníamos ganas de comer pizza y ahí vamos a comprar una. Compramos una promoción  "Una pizza grande más un refresco de dos litros, por sólo $159.00" ... Pizza entre cuatro es una mala idea. Con la  barriga  hasta su  punto máximo, con un litro de refresco en el bote de basura, nos paramos para dirigirnos a comprar accesorios. He de confesar que tengo una atracción por los objetos en rebajas, no es por ser tacaña sino que algo sucede que hace que yo vea primero aquello que lo nuevo. En fin, compré dos pares de aretes en la primera tienda, y en la segunda... compré más de 5 pares de aretes, un prendedor, pins y unas cintas decorativas. Después de esa tienda, avanzamos hacia Coppel ahí compraría mis medias y cuchicheariamos las mochilas y, también, ahí compraría las baterías de mi cámara (sí, lo que sucede es que yo aún tengo de esas cámaras digitales cavernicolas que necesitan de baterías para funcionar) pero no pude ni comprar mis medias, ni las mendigas baterías y a penas pudimos manosear las mochilas, había decenas de plebes...

El cansancio se estaba apoderando de mí, había hecho muchas cosas durante el día, así que viéndome rendida a tener que volver otro día por las medias y baterías nos marchamos.

Pd: Subiría las fotos de mis compras, pero como habrán leído en el penúltimo párrafo mi cámara carece de energía para funcionar.

Filosofía barata.

Es muy fascinante observar y ver la rapidez con la que las personas cambian, como también lo es saber quién es aquella persona que cambió.


Los cambios, como todo lo que hay en este universo, tienen un lado positivo y uno que no lo es. Aunque claro todo depende de la perspectiva de quien la mira.

lunes, 12 de julio de 2010

En busca de las zanahorias escondidas.

El día de hoy, después de no haber hecho algo relevantemente interesante durante casi ¿qué será? dos o tres semanas, tengo una aventura que contar :3!

Todo comenzó con el cambio de horario en el trabajo, con mis padres, en la mañana quedaron la secretaría, mi hermanastro yo y mi mamá*, bueno, yo estoy por lo regular en la caja, cobrando, soy punto y aparte de todo la plebe, pero últimamente me había estado aburriendo mucho demasiado así que hoy, salí de mi cubículo de 2 por 6 metros y me puse a atender a la plebe que iba en busca de objetos necesarios para la correcta ejecución de sus labores**  cuando llegaron las muchachas del segundo turno se sorprendieron de verme en los mostradores, hasta una me pregunto¿Ya estás atendiendo?  No sé porque les sorprende, tal vez pensaban que no sabía nada sobre ferretería, pero ERROR no es por presumir, pero sé, mucho, más de lo que ellas saben, sólo que me da pereza y me quedo consiguiendo dinero fácil, es decir, cobrando jajaja.
Ya después de aquello, vino la tan famosa y esperada "hora de las diligencias", abordamos el automóvil pero oh sorpresa! el día de hoy no nos dirigiríamos solamente al banco (como siempre) sino que iríamos al doctor, pero antes a mi casa, nuestro itinerario era una cosa compleja. Durante el trayecto mi mamá dijo:  Tengo hambre y yo como buena hija que soy, me ofrecí a cocinarle algo, ella accedió, quedamos en que sería ensalada, aquella que siempre se da en las fiestas, la trillada ensalada de papa, zanahoria, chicharos, carne, mayonesa, pimienta y chile al gusto. Obviamente para realizar la ensalada tenía que quedarme en casa, así que lo hice, me quedé y al quedarme me perdí de ver a aquella señora que cordialmente atiende la ventanilla premier y de las miradas de rabia que recibimos, mi madre y yo, cuando vamos a depositar***.

En casa, abrí el refrigerador,  no teníamos papas y mucho menos zanahorias, así que fui a la tienda, pero sólo me encontré las papas. Decidí ir a otra tienda, para comprar las zanahorias, cabe mencionar que me acompañó mi adorado primito de 10 año, y tampoco, fuimos a la tercera tienda y durante el trayecto quedamos en los siguiente: si no hay, nos vamos al mercado y ¿qué creen? para variar, no hubo.
Caminamos unas cuadras mas, hacia la parada del colectivo (no deseábamos gastar tanto dinero en transporte) y a lo lejos divisamos el transporte, con sombrilla en mano subimos... Llegamos, nos bajamos y me sorprendió no ver a las señoras vestidas con huipil o a las señoras con hijos entre las verduras, unos segundos después, recordé  que las habían mandado a un costado del museo, así que caminamos unas dos o tres cuadras más. Durante el trayecto platicabamos sobre sucesos graciosos, anhelos, planes y demás. Al llegar logré ver a las tan ansiadas zanahorias, sí, no me estaba equivocando eran zanahorias, se me iluminó una sonrisa que pronto disipé, sabía que si me notaba emocionada las doñitas se aprovecharían de mi. Caminamos durante los puestos.
En en primer puesto:

-Señora ¿Qué precio tiene el kilo de zanahoria?

-Diez pesos

-Gracias.

En el segundo puesto:

-Buenas tardes ¿Qué precio tiene el kilo de zanahorias?

-Diez pesos-

-¿Y el de la pitahaya?

-Veinticinco

-Gracias.

En el tercer puesto me atendió un señor que no sabía nada, que era un macho, mal encarado que sólo logró que nos marcháramos de ahí.

Resignandome a la idea que el kilo de zanahoria costaba diez pesos y que me quedaría con ganas de comer pitahaya, regresamos al primer puesto.

-Nos da un kilo de zanahorias, por favor.

Nos ofrecen una bolsa. Escogimos las zanahorias más bonitas, más frescas, las de mejor tamaño y las introdujimos a la bolsa.

Oh sorpresa! Un kilo exacto.

Nos cobraron, y nos fuimos a seguir dando vueltas a los puestos  en busca de algo más.

- ¿Se te antoja algo?

- Mmm, mango

- Igual a mi, vamos con el señor de los mangos.

El señor de los mangos era un señor que tenía un mega puesto repleto de mangos frescos y hermosos.

-Buenas tardes, ¿Qué precio tiene el kilo de mango?

-Diez pesos

-Nos da un kilo, por favor

Al igual que en el puesto anterior, nos ofrecieron una bolsa, una especie de auto servicio.

Y oh sorpresa! Por segunda vez, metimos un kilo exacto en la bolsa. A lo que el señor dijo:

- Tienen buena mano.

Nosotros respondimos:

-Gracias.

Como aún nos quedaba dinero, decidí comprar por lo menos una pitahaya. Vi que el señor de los mangos tenía alrededor de cuatro.

- Disculpe, ¿Qué precio tiene el kilo de pitahaya?

-Veinte pesos

¡¿Veinte pesos?! wow era el puesto que marcó la diferencia.

- Me da un kilo por favor.

Sonara, muy increíble, pero sí, también le atinamos.

Con apenas más del 35 pesos en la mano, decidimos que teníamos que comprar algo más, así que compramos calabazas.

- ¿Qué precio tienen las calabazas?

- Doce

-Un kilo por favor

Las escogimos, y se las dimos a la señora, para que las pesara. Ahí sí no le atinamos al kilo.

Salimos de ahí satisfechos con nuestras compras y más porque habíamos a las tan buscadas zanahorias. 

Caminamos de regreso a nuestro punto de descenso, en busca de un colectivo para regresarnos a casa, buscamos el de nuestra colonia, lo encontramos, subimos, pagué los lugares y mi acompañante, tan observador como siempre me dijo:

- ¡Es el mismo que nos trajo!

Efectivamente era el mismo, con ello pude notar, que el colectivo tarda en recaudar personas para su siguiente viaje. Estando dentro del colectivo, giré la cabeza hacia la derecha y vi palanquetas lo cual me obligó a articular:

-Urian (así se llama mi acompañante) ¿Puedes comprarme una palanqueta, de esas que tiene el señor?

- ¿Sólo una? Sí, comes tu la mitad y yo la mitad

- Está bien, ahorita regreso.

Se bajó, y al regresar no tenía una, no tenía dos sino que tenía tres, tres palanquetas. El señor le había vendido tres palanquetas por sólo diez pesos, realmente no sé si fue una oferta buena o nos vio la cara.  (Lo siguiente será un comentario egoísta) Teníamos proviciones suficientes para el trayecto de regreso. Pero pronto cambiamos de opinión, decidimos comer uno entre los dos, como anteriormente habíamos planeado, obsequiar los dos que nos sobraban a nuestros abuelos y a mis hermanas (las primas de él).

Por fin llegamos a casa y con nosotros la zanahorias.

Pd: Cuando por fin llegamos a casa nadie creía que habíamos ido hasta el mercado sólo por unas zanahorias.


* Estos días mi mamá no cuenta, porque está enferma u_u
** Qué rebuscado escribo lol.
*** Resulta que mi madre es cliente premier y los que nos miran con rabia son la plebe que hace largas filas.

miércoles, 7 de julio de 2010

Utilidad.

Hace una semana que ya soy productiva para la sociedad. Hace una semana, también, que ya no estoy por las mañanas en mi casa, la pijama la tengo puesta hasta las siete de la mañana no hasta las doce como acostumbraba apenas hace unos días. Mi cabello es libremente esponjoso y no sometido por una dona o listón, eso sí, mis pies están sometidos por zapatos más de lo acostumbrado. ¿Qué estoy haciendo? Estoy "trabajando".

Y está entre comillas porque mi "trabajo" es el mismo que todas las vacaciones, puentes, paros, fines de semana, tiempo libre que ya no lo siento como trabajo.

Nino.

domingo, 4 de julio de 2010

Lista de regalos

El día de hoy me han hecho la tan trillada pregunta: ¿Qué quieres de regalo? En su momento no supe que responder, lo he pensado toda la tarde y he decidido la siguiente lista:

- Un  Ed hardy for women de 100 mil (si es en paquete con cremita y versión mini, los amaría de por vida).
- Unos audifonos nuevos.
- Unos dvd como el "Fantasma de la Opera", "10 cosas que odio de ti", "La sonrisa de la Mona Lisa", "La vida es bella", "La naranja mecanica", entre otros.
- La temporada completa de Bones o Criminal Minds
- Algo de hello kitty, cebra, jirafa...

No sé, no tengo imaginación para los regalos.

Sinceramente este no fue mi año.

Érase un miércoles, las fechas para la  presentación del instrumento estaban próximas, últimos ensayos, nerviosismo, mucho miedo.

Me encontraba dentro del taxi, era el día de la verdad, pues me dirían si estaría en la presentación o no. De no estar presentando reprobaría automáticamente.  Los nervios se apoderaron de mi, que recurrí a algo que nunca imaginé hacer...

Cerré los ojos, uní mis manos y pedí a DIOS que me ayudará, que me ayudará a presentar mi pieza sin errores.

El taxi llegó a la escuela, bajé, me dirigí al salón, entré, saqué de la mochila mi partitura... ahí sucedió.

DIOS sólo me jodió.