viernes, 16 de julio de 2010

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He estado reflexionando mucho sobre lo que he hecho este año, tal vez sea un poco más, tal vez un poco menos.

Es muy curioso mis momentos de reflexión los suelo hacer cuando acudo, a mi cita diaria, con el señor de los sueños... él tarda mucho en llegar. Al principio me disgustaba que no fuera puntual, pero conforme pasó el tiempo me terminó por agradar. Y fue así como comencé a utilizar esos segundos, esos minutos y en algunas ocasiones horas.

Volviendo al punto, este año cambié mucho, desde mi manera de vestir, actuar... en algunos aspectos me volví más simple, muy común. Dejé mis amadas volátiles faldas para enfundarme en unos horrendos pantalones de mezclilla. Mis acciones son muy impredecibles, puedo desaparecer estando a la vista de todos, o aparecer en el momento menos indicado.
Muchas de las cosas que antes me distinguían aun las conservo, mi esencia sigue siendo la misma. Aun soy fríamente realista, aquella que te dice todo lo que piensa aunque duela. Soy la misma niña que disfruta de los lugares solitarios, de la música extraña, la misma con niña con ideas radicales, la extremista, la sarcástica, aquella todavía cultivar una amistad no puede...

Es sorprendente como en un año mis "mejores amigos" se volvieron inexistentes, preparada estaba, sabía que tarde o temprano sucedería (por alguna razón yo no me entristezco, se lo atribuyo a mi ya programada frialdad, algo que agradezco) Así fue como sola me quedé.

He de decir que el ingreso a una nueva escuela me agradó en demasía, fue una oportunidad para alejarme de mis ahora ex-compañeros, no es porque los odie, sino que simplemente hay momentos en que me hastía ver, estar, convivir con las mismas personas, no se confundan, tampoco quiero dar a entendenter que me gusta conocer personas, lo detesto, sino que me agrada alejarme.

Y bueno siempre me ha gustado estar aprendiendo, estando en un nuevo nivel escolar, decidí que tenía que ingresar cursos de inglés, de nuevo. En el día iba a tres escuelas en total. ¿Cansada? no, satisfecha y feliz. Sí, me hacía feliz estar ocupada, estar aprendiendo, tener ocupada la mente.

Entre tantas cosas no vi en que momento comencé a alejarme de las personas, no palpaba lo que adquiría, no lograba darme cuenta que algo se me salía de las manos.

En lo escolar no tuve problema alguno, no es por alardear pero siempre he sido más que buena. En mis clases de inglés tampoco tuve problemas. En mis clases de música... Al final del curso musical me sentí tan mierda por no haberme presentado, no podía entender que me había sucedido, si hace un año yo era lo más próximo a una niña prodigio. Confieso que el jueves que recibí la noticia de mi no presentación, lloré, lloré como hace meses no hacía, nadie conocido me vio, sólo aquella señora taxista...

 En fin, invertí tanto de mi, obtuve muy poco.

Ahora lo comprendo todo, mi maestro de instrumento es un pendejo y ni que decir de los idiotas de mis "mejores amigos".

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