domingo, 4 de julio de 2010

Sinceramente este no fue mi año.

Érase un miércoles, las fechas para la  presentación del instrumento estaban próximas, últimos ensayos, nerviosismo, mucho miedo.

Me encontraba dentro del taxi, era el día de la verdad, pues me dirían si estaría en la presentación o no. De no estar presentando reprobaría automáticamente.  Los nervios se apoderaron de mi, que recurrí a algo que nunca imaginé hacer...

Cerré los ojos, uní mis manos y pedí a DIOS que me ayudará, que me ayudará a presentar mi pieza sin errores.

El taxi llegó a la escuela, bajé, me dirigí al salón, entré, saqué de la mochila mi partitura... ahí sucedió.

DIOS sólo me jodió.

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