jueves, 5 de agosto de 2010

Como señora casada que estudió contabilidad.

Sí, así me fui con mi hermana menor a San Francisco digo Super Bodega.
 Antes de contar que compramos y que no, mencionaré las razonespor las cuales compramos ahí y en otro super transnacional:

1.- Sé donde está acomodada la mercancía.
2.- No se atiborra de personas.
3.- En articulos de limpieza me gusta aprovechar el "precio de changarro".
4.- Cerca de él hay una librería y una merccería.
5.- Llevo años comprando ahí.

Bueno, ahorita sí.

Llegamos y lo primero que hicimos fue sacar nuestra lista, pluma y calculadora, después de eso, comenzamos a llenar el carrito no sin antes meditar si llevar uno, dos, tres, u ocho.
Una vez adquirido todo lo de la lista procedimos a sumar los precios de nuestros productos, para saber si el dinero que llevabamos era suficiente. Y sí lo fue. Al estar en caja, me llevé una gran desilusion de mi tienda casi-favorita.

¡Me habían estafado! ¡Había caído en las manos de la falsa publicidad!

Las manzanas de treinta pesos en realidad no costaban treinta pesos, en caja costaban cuarenta. *inserte corazón roto*

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