miércoles, 20 de octubre de 2010

¡Sabe que existo!

El nuevo amor de mi vida es un niño de quinto semestre, va en dibujo arquitectónico. Güerito, güerito, blanco, blanco, cabellito castaño, delgadito y usa lentes de pasta negra. En una palabra: hermoso. Sin embargo ni una felicidad es completa, él no sabía de mi existencia, yo no sabía su nombre... hasta hoy.

Hoy, al llegar a la escuela, el veía perpendicularmente hacia mi, tenía sus planos de hoja vegetal en la mano, por la abertura eran demasiados, un rollito dentro de otro. Bajé, caminé y el pasó frente a mí, acto seguido el rollito interior cayó al suelo. No lo escuchó caer.
Por un segundo pasó por mi mente dejarlos en el suelo, por otro más largo dárselos. Sí, exacto, eso hice.
Le grité "fuerte" pero no volteó. No pensaba gritar más fuerte, habían demasiadas personas en la entrada como para hacerlo, así que lo seguí, vi que giró en dirección a la cafetería y fue ahí cuando le grité:

-¡Hey amigo de suéter rojo!

El dudó un momento, un momento en el cual seguramente razonó si en verdad le hablaban a él, si era una broma o no.

Volteó.

Estirando el brazo le dije:

- Se te cayeron tus planos.

Él con una cara de sorpresa, me respondió:

-¡Ah! ¡Muchas gracias!

Eso me hizo el día. Tanto que corrí a contárselo a mis gemelis.

Después de eso, noté que nuestras materias de hoy, estaban en los mismos edificios, en los salones contiguos. Que pena, pensará que lo sigo. Pensará que me gusta y de lo último no se equivoca.

Sin embargo seguía sin saber su nombre...

Hasta hace unos minutos.

Resulta que una de mis amigas, Iveth, tiene amigas en el mismo salón que él, no, no, no, no hice lo que piensan.

Entré al perfil de la amiga de Iveth en facebook, revisé cuidadosamente su lista de amigos, más de 500 personas, no sabía por donde comenzar, ni un apellido, ni un nombre, ni un apodo, nada. No me quedó más que observar las fotos de perfil. Rogaba que tuviera una suya, sino... mi búsqueda sería fallida.
Terminé de observar la lista de sus amigos, no lo encontré. Decidí no darme por vencinda y revisar la lista una vez mas. Y ahí  estaba en la página 4, Renato Grau el amor de mi vida.

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