Y fue un asco.
Mi salón está fraccionado en pequeños grupos, no pude conocer a los maestros que imparten las materias de capacitación, tampoco a la maestra de Física y la de Literatura murió.
Por si fuera poco, tuvimos honores a la bandera, había un calor insoportable y mis pies me dolían.
Regresé temprano a casa.
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