miércoles, 4 de agosto de 2010

Tarjetas de prepago vs yo.

El viernes me urgía pero en verdad urgía comunicarme con un amigo, Eduardo, teníamos que darnos apoyo emocional mutuamente. Entonces fui con la señora de la papelería a comprar una tarjeta amigo de $200, no una recarga de $20, ni de $50, una tarjeta de doscientos, pues para que me diera $260 (lo que es la pobreza).
Y que la voy ingresando cuando de repente escucho “Lo sentimos pero ésta tarjeta fue ingresada con anterioridad. Lo sentimos. Hasta Luego”

¿¿QUÉ?? ¡Si es nueva!

Entonces consulto mi saldo… “Su saldo se ha agotado…”

¿¿CÓMO??

Después de haber maldecido y de mis 10 minutos en total exaltación, fui con la señora que me la vendió para decirle lo sucedido, ella no pudo hacer nada así que me mandó al CACT* con todo y comprobante de pago.
El lunes ái voy hasta el CACT, le comentó mi caso al señor de la recepción y él cumplió su trabajo dándome un papel con mi turno ya-que-más-le-quedaba. Me formé. Esperé. Minutos, enteros minutos después fui atendida acto seguido le expuse el caso al señor de la ventanilla.
Por la expresión del asesor, el señor, es un caso de lo más común de lo que creí. Me hizo firmar un documento y me dijo lo que tanto esperaba.
"Su tarjeta será investigada y en un plazo no mayor de setenta y dos horas su saldo le será ingresado"

Tengo que esperar, de eso no hay duda, pero hubiera sido peor perder mis doscientos pesos.

Por cierto. No me pude comunicar con Eduardo, me quedé sin ayuda emocional. Tendré que esperarme hasta el lunes de la siguiente semana.

*CACT: Centro de Atención a Clientes Telcel ¡qué nombre tan largo!

Nota: Este post debió ser publicado el lunes en la noche, sin embargo por causas de fuerza mayor se publicó el día de hoy.

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